sábado, 14 de junio de 2014

Resurgir.

Dejé mis sentimientos aparcados en el cajón de mi mesita de noche, junto a las líneas de ese diario que aquel día dejé de escribir. Es difícil pasar página, aun más cambiar de libro; yo simplemente lo abandoné. Eché el cerrojo y lo imaginé invisible a mis sentidos, pensando que así tal vez la llave acabaría en el fondo de algún camino perdido. Me equivoqué. Las heridas aun escuecen como aquel gélido invierno, a pesar de estos cuarenta grados de primavera que ya llevamos. Y estas lágrimas delatan el recuerdo de aquellos buenos momentos que tanto empeñé en esconder. Pero sonrío esta vez, pues ésta será la primera página de mi nuevo libro.

jueves, 21 de marzo de 2013

Títere sin cabeza.

Puedo escribir muchas cosas y tirar una moneda al aire. Puedo jugar a imaginarte y reirme en sueños de lo tonta que puedo llegar a ser. Y puedo jugar a olvidarte y perderme entre unas piernas que no son las tuyas. Y dibujar corazones en los criatales para después borrarlos tras el primer soplo de aliento. Puedo caer en tus redes y nadar en seco y lanzarme al vacío y perder la cabeza y los estribos. Como poder puedo hacer cualquier cosa, la gracia está en que eres tú quién maneja los hilos.

viernes, 1 de marzo de 2013

Game over.


Y no sé qué tienes, porque en verdad no tienes nada, pero me enganchas, me atrapas. Y es que ni siento ni mereces que sienta y quizás sea por eso. Porque en toda partida gana quien mejor juega sus cartas, pero aquí nadie pierde sino apuestas nada. Y ya me cansé de dejarme perder, de escupir mentiras y fingir que me las trago. Y ya me cansé de empezar otra vez, amoldarme a tus reglas y dejarme de lado. Quédate con tus besos deshechos entre tanto silencio,  que este juego por fin se ha acabado.

Y es que tú eres la definición exacta de aquello que nunca quise y yo fui justo del modo que no debía ser.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Amor que nunca fue.


Hoy quiero soñarte, quiero escribirte, quiero imaginar que me imaginas, aunque no sea así. Y es que es más fácil pensar en un amor idealizado, amor platónico, amor que no existe, que nunca fue. Amor cobarde, embustero, que brota flores donde nunca echó raíces.

Lo curioso es que a penas recuerdo el color de tus ojos,  tu aroma o el sabor de tus besos. Pero no logro olvidar esa mirada intensa y grandiosa, esos labios carnosos que no dejé de morder o la dulzura del tacto de tu piel.

Fuiste un sueño que desvaneció con los primeros rayos del alba. Amor de una noche, amor que nunca fue.

domingo, 6 de enero de 2013

Palabras de amor.

Porque esta cama sin ti está vacía, porque mis labios están sedientos de tus besos, porque mi cuerpo echa en falta tus caricias, porque al despertar te busco y no te encuentro… Porque necesito tu mirada, tu sonrisa, tus palabras… Porque eres mi droga favorita, eres mi vicio, mi adicción… Porque yo sólo quiero que estés aquí, en “nuestra cama”, donde tantas veces hemos tentado a la pasión y hemos disfrutado jugando con deseo. Yo sólo quiero apoyarme en tu pecho y dejar que pase el tiempo. Sólo besarte, achucharte, sentirte junto a mí y dejar a un lado el resto. 

Y aunque esta noche te busque entre nuestras sábanas y no te encuentre, sé que estarás revoloteando mis sueños… Y aunque hoy no estés aquí, aunque esté sola y a unos cuantos kilómetros de ti, aunque no pueda compartir esta noche contigo, soy feliz, porque sé que, aunque estés lejos, como yo, estarás pensando en mí.

jueves, 3 de enero de 2013

Y una noche más.

Noches de desenfreno hambrientas de bocas nuevas y una buena historia que contar. Noches vacías, sin miedo y sin prisas. Me ahogo en alcohol y olvido todo aquello que no quiero recordar. Y me pierdo y me dejo llevar. Un día más sin sentido y una noche más. ¿Y quién habló de parar? 

Dejé aparcados mis sentimientos en tu último beso. Tiré por la borda la ilusión y me impregné de locura. Y reviví mis pasos y seguí un camino perdido que no sé dónde cojones me llevará. Pero el día pasa y una noche más.

domingo, 30 de diciembre de 2012

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Es uno de esos días en los que necesito tus abrazos, tus sonrisas; en los que no bastan tus palabras. Este muro infranqueable que creé cuando te marchaste se derrumba por momentos. Y ya no sirve de nada un par de puñetazos a un saco inerte, te necesito aquí.